Neal A. Maxwell dijo “Mayormente llegamos a ser víctimas de nuestros propios malos deseos. Esto es aun más problemático porque vivimos en una época en que muchos equivocadamente rehúsan sentirse responsables de sí mismos, algunos procuran hacer a un lado la conciencia rehusándose a escuchar su voz, pero ese mismo rechazo en sí es un acto de elección porque así lo deseamos. Aun cuando la luz de Cristo apenas titila en la oscuridad, sin embargo titila, y si uno la ignora es porque así lo desea, ya sea que nos agrade o no la realidad requiere que reconozcamos que somos responsables por nuestros deseos. Por lo tanto ¿Qué deseamos?” Continúa élder Maxwell: “Todo depende de nosotros, Dios nos ayudará, pero no nos obligará, el hombre bueno desea a Dios y otras cosas en Dios, aun una simple chispa de deseo podría bastar para que una persona cambie” |
Es bueno ver a matrimonios jóvenes luchar la buena batalla de la vida y criar a sus hijos con el amor que el Padre nos ha dado para volver a vivir con Él. Deseo escucharlos reír; deseo verlos mirarse como cuando se enamoraron por primera vez; deseo que lleguen a amarse de tal manera que las arrugas de cada uno de ellos sean un símbolo de amor y unidad. Dijo Luis Castelar: “La vida no es un don gratuito ni objeto de juego y lujo; se obtiene con una madurez de juicio y se consolida con una gran severidad de costumbres” |
En Exodo 3:5 dice: “No te acerques acá quita el calzado de tus pies, porque el lugar donde estás tierra santa es”. Cuando leí esta escritura sentí el deseo de ponerme en oración y una fuerte necesidad de arrepentimiento. Sentí que el Señor me invitaba a descalzarme y luego caminar. Descubrí como Él entró en mi interior sin descalzarme, sin fijarse en el modo. Advertí que cuando comenzaba a caminar necesitaba mirar a cada paso lo que pisaba y estar atenta en donde debía poner el pie. Ahí me di cuenta de cuántas cosas del interior de mis hermanos se me pasaban por alto. Después del recorrido con el Señor pude ver claramente que descalzarme es entrar sin prejuicios, atento a la necesidad de mi esposo/a, sin esperar una respuesta determinada, lo cual sería entrar sin intereses previos. Sé que el Señor vive y está presente en cada corazón. Descalzarse es entrar en cada uno y en el otro como en un lugar sagrado. |
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